-Carl Jung-
Quizás te estés preguntando si lo que deseas o lo que te ocurre puede ser trabajado en una sesión de coaching o no. Lo primero, tal y como ya he descrito en otros apartados, es importante remarcar que un proceso de Coaching no sustituye en ningún caso a un proceso terapéutico, aunque lo pueda complementar en el momento oportuno, según sea tu situación. Si el objetivo a alcanzar es de tipo traumático-emocional o sientes ansiedad, el proceso deberás tratarlo desde un enfoque terapéutico y en todo caso te podré indicar el tipo de profesional que mejor pueda ayudarte.
El objetivo del coach es hacer que cada persona obtenga sus propias respuestas, caminos y soluciones a partir de un acompañamiento empático, activo y ausente de juicio.
Te servirá si te resuenan alguno/s de estos pensamientos dentro de los bloques principales de acción.
Quieres definir y alcanzar objetivos personales o profesionales.
Hace demasiado tiempo que «se te resisten» objetivos o propósitos que no te dejan fluir como te gustaría e incluso te impiden sentirte plenamente realizado/a.
Quieres descubrir tus propios recursos para lograr lo que deseas, potenciándolos y aplicándolos en tu día a día.
Buscas tomar conciencia y superar creencias limitantes y obstáculos.
Quieres aumentar tu eficiencia y capacidad de decisión en tu día a día.
Deseas descubrir nuevos puntos de vista que amplíen tu perspectiva y te ofrezcan más posibilidades de acción.
Te falta confianza en ti mismo/a, deseas conocerte o quererte mejor, consiguiendo lo mejor de ti, aumentando tu autoconocimiento.
Deseas gestionar mejor el sentimiento de frustración y abatimiento de un fracaso actual en tu vida.
Necesitas gestionar la envidia y trabajar el sentido de la no posesión.
Quieres mejorar una relación cercana a través de un lenguaje comunicativo no violento.
Deseas realizar cambios en tu vida para mejorarla.
Quieres desarrollar nuevas habilidades tanto en el campo de la acción como en el de las emociones.
Deseas gestionar mejor tu tiempo y energía.
Quieres actuar y hacer algo distinto para cambiar y dejar de fantasear con el propio deseo.
Quieres trabajar la asertividad.
Necesitas ordenarte y que alguien acompañe tu búsqueda para deshacer nudos y ver los objetivos con mayor claridad.
No sabes qué te ocurre ni qué profesional necesitas en estos momentos.
Escuchándote podemos resolver la duda y valorar qué acompañamiento o terapia te conviene más.
¿será rápido?
El coaching es un camino que pasa por experimentar el "cómo" y el "para qué" centrándose definitivamente en el proceso, en el camino y eso muchas veces lleva tiempo.
Vivimos en un mundo lleno de prisas y nos hemos acostumbrado a buscar el resultado inmediato, a relacionar lo lento con lo malo y lo rápido con lo efectivo. Queremos curarnos una lesión muscular en un día y aprender a tocar un instrumento en tres meses y olvidamos que las cosas importantes, las que valen la pena, necesitan un proceso y tiempo.
También nos llevamos las prisas a los procesos como el de coaching. Nos gustaría que 20, 30 o 40 años de un mismo comportamiento y estructuras emocionales cambien en un abrir y cerrar de ojos. Aunque es normal que queramos superar un problema lo antes posible, la impaciencia puede jugarnos malas pasadas y entorpecer nuestro camino.
No comprometernos de verdad con nuestro proceso de coaching también puede hacer que abandonemos antes de tiempo. Vernos ante cuestiones que no nos atrevemos a confrontar, sentir que estamos entrando en terrenos más profundos y comprometidos o hacerle caso a la impaciencia hacen que inconscientemente escojamos lo malo conocido a lo bueno por conocer, incluso que nos engañemos y nos pongamos diversas excusas para no hacer o dejar de hacer lo que realmente nos va ha hacer sentir mejor.
Reconocer la importancia del proceso y del compromiso con uno mismo/a, con nuestras preguntas, nuestros temas sin resolver y la aceptación tanto de lo que nos toca vivir como del tiempo que nos lleve el proceso de coaching es fundamental para obtener buenos resultados.
¿qué me supondrá entender este proceso?
La sociedad en la que vivimos nos ha hecho creer que para resolver nuestras dificultades personales basta con entenderlas. Confundimos el saber con el aprender, el conocer con el experimentar y creemos que cuando hemos entendido algo ya lo hemos superado. A veces entendemos, somos conscientes de estar sintiéndonos mal por algo pero no sabemos gestionarlo y sigue dejándonos sin saber cómo reaccionar para solucionarlo.
Creer que podemos entenderlo todo, no es realista y nos llena de soberbia. Intentando racionalizarlo todo perdemos la confianza en lo que no podemos comprender (contenido inconsciente, mundo emocional, capacidad de autorregulación…) que es lo que por regla general nos lleva a las verdaderas respuestas. Intelectualizar no nos servirá para aprender ni para transformar, sino para alejar aún más las verdaderas respuestas si estamos evitando contactar con la emoción y la experiencia.
La resolución de dificultades personales, el autoconocimiento y el desarrollo personal son caminos que requieren compromiso y paciencia. El compromiso de acabar el camino iniciado, la aceptación de las propias dificultades, paciencia para ir descubriendo y desaprendiendo aquellas cosas que llevan tanto tiempo enraizadas en lo más profundo de nosotros.
Te invito a que aprendas a amar tus preguntas y a que confíes en que las respuestas irán apareciendo a medida que puedas descubrirlas.
-John Whitmore-